Francia ofrece una increíble riqueza de paisajes naturales. Desde la escarpada costa de Bretaña hasta las cumbres nevadas de los Alpes, pasando por los verdes valles de la Dordoña y los campos de lavanda de la Provenza. No se pierda las calas de Marsella, el Mont Blanc, el bosque de Fontainebleau o las gargantas del Verdon. Para sumergirse en la naturaleza, regiones como Auvernia, los Pirineos y Córcega ofrecen espectaculares paisajes vírgenes, ideales para practicar senderismo, ciclismo y deportes de aventura.
Francia está activamente comprometida con el ecoturismo y la conservación de su entorno natural. El país ha puesto en marcha iniciativas como la protección de los parques nacionales, el fomento de la agricultura ecológica y el apoyo a los alojamientos ecorresponsables. A los visitantes que deseen minimizar su impacto se les recomienda utilizar medios de transporte respetuosos con el medio ambiente, como el tren para los viajes de larga distancia y la bicicleta para los desplazamientos locales. Los turistas también pueden elegir alojamientos con certificación ecológica y participar en actividades de turismo sostenible, como paseos guiados por parques nacionales y visitas a granjas ecológicas. Al elegir productos y servicios locales, los visitantes también contribuyen al desarrollo sostenible y a la economía local.
En Francia, el coste de la vida suele ser más alto en las grandes ciudades, como París y Lyon, que en las zonas rurales. El país es conocido por su alto nivel de vida, con costes superiores a la media europea, especialmente en alojamiento y comidas en zonas urbanas. Sin embargo, hay opciones más baratas en las ciudades más pequeñas y en el campo. En comparación con sus vecinos, Francia es similar a Italia en cuanto a costes, pero más barata que países como Suiza.
La moneda local es el euro. El francés es la lengua oficial, y el inglés se utiliza mucho en las zonas turísticas. La propina no es obligatoria, pero se agradece.
Francia cuenta con una red de transporte público y privado muy desarrollada. Los trenes, sobre todo el TGV, son un medio rápido y eficaz de atravesar el país, con conexiones regulares entre las principales ciudades. En la mayoría de las ciudades urbanas hay autobuses y metros, que ofrecen una opción económica para los desplazamientos locales. También están muy extendidos los taxis y los servicios de alquiler de coches, muy útiles para explorar zonas menos accesibles en transporte público. Para distancias más largas, los vuelos internos pueden ser una opción rápida, aunque más cara. Las tarifas varían según el medio de transporte y la distancia recorrida, con opciones de abono y descuentos para viajeros frecuentes y jóvenes.