Caminando por las calles empedradas de las ciudades españolas, a menudo nos dejamos seducir por la paella y el gazpacho, platos típicos españoles. Sin embargo, tras estos iconos culinarios se esconden especialidades menos conocidas pero igualmente deliciosas. Interesarse por estos platos permite profundizar en el conocimiento de la cultura española e ir más allá de los tópicos turísticos. Es una invitación a descubrir la España auténtica, la que vive en los bares de tapas locales o en las panaderías de madrugada. Un viaje gastronómico enriquecedor para quien quiera ampliar sus horizontes culinarios.
Platos salados poco conocidos
En el rico panorama gastronómico español, algunas especialidades pasan injustamente desapercibidas. Sin embargo, sus sabores y texturas únicos harán las delicias de los paladares más exigentes.
Los calçots son una de estas pepitas culinarias. Se trata de una cebolla dulce asada que se come tradicionalmente durante las fiestas de invierno en Cataluña. Otro tesoro catalán es la escalivada, un surtido de verduras asadas -berenjenas, pimientos, cebollas- generosamente rociadas con aceite de oliva afrutado.
La zarzuela, por su parte, ofrece una sinfonía marina inolvidable con su variedad de pescados y mariscos cocidos a fuego lento en un caldo aromatizado con ajo y azafrán. Más al sur, en la Comunidad Valenciana, encontrará la fideuà: una paella de fideos que baila armoniosamente con el marisco.
El arroz negro completa la gama, con su arroz teñido de tinta de calamar que ofrece una experiencia gustativa única. Los chipirones añaden una nota crujiente, mientras que el hígado encebollado evoca la nobleza del terruño español.
Descubra tapas insólitas
Escapada marítima: tapas marineras
España es un paraíso para los amantes del marisco, y sus tapas no son una excepción. El abanico de sabores marinos se aprecia en una serie de albóndigas picantes en las que el pescado y las gambas rivalizan en suculencia. El solomillo, tradicionalmente elaborado con cerdo ibérico, se renueva aquí con atún rojo y una versión suave de calamar.
Audacia vegetariana: tapas vegetarianas insólitas
Además de las inevitables patatas bravas o huevos rotos, España también ofrece un sinfín de sorprendentes opciones vegetarianas. La estrella inesperada es la ensaladilla rusa, una auténtica explosión de dulce y salado gracias a su atrevida combinación de aceitunas verdes, patatas y zanahorias en una salsa crujiente y ligeramente picante. Una mezcla perfecta de tradición e innovación culinaria para seducir a los paladares más exigentes.
Postres españoles olvidados
Azucareras regionales
En España, algunos dulces regionales pasan injustamente desapercibidos. Por ejemplo, los buñuelos, deliciosas rosquillas a menudo rellenas de nata o chocolate. Originarios de Valencia, pero extendidos por toda España, son un tesoro del patrimonio culinario español que merece ser descubierto.
Pastelería tradicional ignorada
Uno de los dulces tradicionales que a menudo se pasa por alto es el bizcocho. Este bizcocho esponjoso, de sabores variados, suele servirse en las celebraciones familiares. A pesar de su exquisito sabor y su textura ligera, el bizcocho sigue estando sorprendentemente ausente de las guías gastronómicas dedicadas a España.
Helados artesanales originales
El helado artesanal español también ofrece su cuota de originalidad, a menudo olvidada. El roscón, por ejemplo, una corona de helado con sabor a fruta confitada que se suele tomar para celebrar el Año Nuevo, es un producto imprescindible que merece ser celebrado por sus sabores auténticos y refrescantes.
Cervezas y bebidas locales
España, tierra de contrastes y tradiciones, cuenta con una asombrosa gama de cervezas y bebidas locales que reflejan la identidad única del país. La cerveza ocupa un lugar especial en el corazón de los españoles. Desde las marrones más robustas a las rubias más ligeras, cada región tiene su propia cerveza.
La proximidad de España a los viñedos franceses no le ha impedido perfeccionar su producción vinícola. Los vinos españoles son famosos por su riqueza aromática y su cuerpo potente. La Rioja y Ribera del Duero son denominaciones que han conquistado a los amantes del vino de todo el mundo.
La sidra también ocupa un lugar especial en la cultura gastronómica española, sobre todo en Asturias, donde se bebe al estilo tradicional del "escanciado", escanciada desde cierta altura para liberar sus aromas.
Los visitantes no deben perderse la sangría, una bebida refrescante que combina vino tinto, fruta fresca y especias y que es un símbolo innegable de la hospitalidad española.
Por último, el Tinto de verano merece una mención especial. Esta bebida veraniega combina vino tinto (tinto) con gaseosa de limón o limonada para crear un cóctel ligero perfecto para calmar la sed bajo el sol abrasador.
Éstas son sólo algunas de las especialidades poco conocidas y representativas del saber hacer local en materia de bebidas tradicionales españolas.